Hoy se
conmemoran 50 años del Día de la Tierra y
el cuarto aniversario del Acuerdo de París sobre
el cambio climático.
Fue allá por 1970 cuando, indignados por los
derrames de petróleo, el smog y la contaminación de los ríos, alrededor de 20
millones de personas salieron a las calles a protestar por lo que ellos
consideraban una crisis ambiental. Este evento sin precedentes obligo a los
gobiernos a tomar medidas concretas que incluyeron la elaboración de leyes
ambientales y el establecimiento de agencias dedicadas al medio ambiente.
En el 2009 la Asamblea General de las
Naciones Unidas adoptó una resolución que reconoce formalmente el 22 de abril
como el Día Internacional de la Madre Tierra.
El 22 de abril de 2016 se firmó el Acuerdo de París que compromete a los
países a limitar el aumento de la temperatura global a menos de 2 °C por encima
de los niveles preindustriales; y de estimular las capacidades para mitigar los impactos negativos del cambio climático.
La
naturaleza sufre. Los incendios en Australia, los mayores registros de calor
terrestre, la invasión de langostas en Kenia, el ciclón Harold en el Pacífico, la
actual pandemia del COVID-19... son claros recordatorios de la vulnerabilidad de
los humanos y del planeta frente a las amenazas de magnitud global.
El Secretario General de la ONU, en su mensaje
para el día de hoy advirtió: “ La biodiversidad está en un pronunciado declive,
y las perturbaciones del clima se están acercando a un punto de no retorno”.
El líder de la Organización Meteorológica
Mundial, Petteri Taalas, opina que: “se debe actuar con decisión para proteger al
planeta tanto del coronavirus como del de la amenaza existencial del cambio
climático”.
Si bien la pandemia logró una reducción
transitoria de las emisiones de gases de efecto invernadero esto no significa
que sea una acción climática continuada. Por otro lado, la situación de
aislamiento hace que sea más difícil controlar los riesgos de desastres
naturales. Otra dificultad que se presenta con la pandemia es la de que, frente
a una catástrofe natural, como lo es un ciclón tropical, el sistema de salud
colapse.
“Si bien el COVID-19 ha provocado una grave
crisis económica y sanitaria de alcance internacional, el hecho de no hacer
frente al cambio climático puede poner en jaque el bienestar de las personas,
los ecosistemas y la economía durante siglos. Tenemos que aplanar la curva
tanto de la pandemia como la de los cambios climáticos”, afirmó Taalas. Y
continuo…” Tenemos que actuar juntos en interés de la salud y la prosperidad de
la humanidad, no solo durante las próximas semanas y meses, sino pensando en
muchas generaciones futuras. “
Los
fenómenos meteorológicos extremos aumentaron y no desaparecerán a causa del
coronavirus.
Kathleen Rogers, presidenta de la organización del Día de la Tierra en Washington y una de las primeras fundadoras en la organización del Día de la Tierra, anima a establecer un compromiso público para realizar una acción relacionada con el medio ambiente a todos aquellas personas implicadas con el medio ambiente.
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